Estamos muy tocados; de nuevo el fútbol nos castiga perdiendo en los penaltis. Hoy, como en aquella vez, hicimos un excelente partido, pero el arco lo teníamos cerrado. Un rival que apostó todo a defender, esperar el alargue y los ansiados penaltis tuvo su premio, la clasificación.

Gozamos de tres ocasiones, una bien clara que se estrelló en el larguero. Veo al equipo hundido, y es normal después de este varapalo. No queda otra que volver a levantarnos y ganar los partidos de liga que nos quedan para así seguir con opciones de ganar la división, aunque luzca bastante difícil. Jugar la promoción para subir también sigue en los planes.

No obstante es una temporada tremenda. Si bien esta vez caímos en cuartos, no se cumplió el objetivo mínimo que nos trazamos que era llegar a semis, después de que en las anteriores dos ediciones llegamos a semis y a la final. Estoy satisfecho por el trabajo realizado y no tengo nada que reprochar a mis jugadores. Estuvieron fantásticos y les felicito, lo han dejado todo en la cancha. Es una sensación bastente extraña quedar eliminados en dos ocasiones sin perder el partido, en penales, benditos penales...