En apenas dos meses de mando, Rapidistii ha llevado a lo más alto de la competición copera a este club, cuyo mayor logro no había pasado de una 8ª ronda y que en la Pro League conserva como techo la división 2.
 

La variedad predomina sobre la Cup.

Con la disputa de 20 ediciones ha bastado para observar la diversidad de nombres rubricados sobre el palmarés de la Pro League Cup. Uno a uno llegando hasta 16, lo que hace patente la dificultad que existe de repetir victoria en una competición de este tipo.

Solamente tres equipos a lo largo de su existencia han logrado repetir, Hong Kong Devils FC y CR GRANDOLENSE, como bicampeones y el único tricampeón de la Pro League Cup, el mítico Benfica e Galveias.

Es considerable la dificultad que tiene llegar hasta el final del camino, mantener una regularidad tanto en la preparación como en la concentración, además de equilibrar los recursos humanos y deportivos. Es así como se evidencia lo complicado que es disputar dos competiciones simultáneas a lo largo de toda una temporada. Añadiendo la necesidad, casi impuesta, de ganar todos los compromisos coperos, permitiéndose solamente un mínimo resquicio de fallo.

De este modo podemos explicar la ausencia de equipos componentes de la división superior a partir de cuartos de final. El último que abandonó la competición fue el equipo de Astronauts, apeado en dicha fase.

La lucha por escapar del anonimato.

A la final llegaron dos clubes modestos, carentes de experiencia en estas lides y al mismo tiempo entusiasmados por rubricar una página de la historia.

Por un lado, procedente de la división 6:13, FC Almost dirigido por el alemán (Hamburgo) Lamurias. Con este plante en la final hacia dar un gran salto en su trayectoria copera, ya que nunca el club había llegado más allá de la 6ª ronda, lo que implica mayor mérito si cabe.

Por el otro lado y procedente de la división 3d, 9th Wonders dirigido por el rumano (Ardeal) Rapidistii. La 8ª ronda había sido su máximo caminar en la competición y por esto, jugar la final era argumento de una gran hazaña como comentó su manager tras la victoria en semifinales: “Con gran emoción y con mucho esfuerzo llegamos a la final de la Pro League Cup, tenemos la esperanza de hacer historia en este equipo y llevarnos un trofeo importante”.

Los lanzamientos de penaltis rompieron la igualdad.

La diferencia de categorías entre los dos finalistas era una simple farsa, pues las fortalezas de ambos contrincantes estaban muy igualadas. Mientras FC Almost basaba sus esperanzas en el poderío defensivo en un 4-4-2, 9th Wonders propuso una táctica de control en el centro del campo con un 3-5-2.

Ya desde el inicio mostraron sus ganas por hacer historia, puesto que en el minuto 2’ se adelantaban los de Lamurias mediante un remate de cabeza del atacante Marty Barry. La reacción no se hizo esperar, fue en el minuto 12’ cuando, con un disparo potente y a pase de Edmondo Pavone, Sonny Aravena igualaba la contienda. Con este 1-1 se llegó al descanso.

La moderación fue la tónica de la segunda mitad, de la que apenas se pudo destacar un hecho, la lesión de Kioshi Kaburaki en las filas de 9th Wonders. Así llegamos al final de los 90’ reglamentarios, iniciándose la prórroga con los dos contendientes fundidos físicamente.

Poco esperaban ya ambos conjuntos antes del lanzamiento de penaltis, sumidos en una lucha sin cuartel que poco márgen dejaba ya al desgaste físico. Fue cuando 9th Wonders tuvo la ocasión de acortar la agonía, una pena máxima señalada en el minuto 108’ de partido que podía sentenciar la cita. Edmondo Pavone tomó el honor de encumbrarse como líder de la hazaña histórica, pero esa no era su noche, un fallo clamoroso dejaba servida la tanda fatídica.

Más fallos que aciertos predominaron el desenlace desde el punto de penalti, Edmondo Pavone volvió a errar y la situación para 9th Wonders pintaba mal. Finalmente y tras tres fallos de FC Almost, Sonny Aravena dio la vuelta al destino y logró el tanto de la victoria final, indicando en el marcador un 2 a 4 definitivo.